Marketing olfativo: el arma de los aromas

El cuerpo humano es capaz de recordar un 1% de lo que palpa, un 2% de lo que oye, un 5% de lo que ve, un 15% de lo que saborea y un 35% de lo que huele.

En un mercado saturado de información y productos, las empresas buscan el valor apelando al lado emocional del cliente, tratando crear un vínculo emocional con éste. Por tanto no es de extrañar que estén fomentando esta técnica sensorial en sus establecimientos.

El marketing olfativo es una técnica mercadotécnica mediante el cual las corporaciones utilizan  diferentes olores en sus  productos o establecimientos para evocar recuerdos o crear asociaciones que influirán en el posicionamiento de la marca y la decisión de compra. Estudios demuestran que con un buen diseño olfativo se puede aumentar hasta un 84% la preferencia del producto.

 

Este sentido sin duda infravalorado a lo largo de la historia en el punto de venta, está ganando popularidad en las empresas, justificado a su importancia e influencia en los consumidores debido a su conexión con el sistema límbico del cerebro, donde se encuentran los instintos humanos como la memoria involuntaria y las emociones. De ahí que un olor pueda influir en un el estado de ánimo de una persona.

Los instintos y las emociones son la razón del 90% de las decisiones que tomamos.

Pero no solo se utiliza en una venta relacional para crear relaciones duraderas con el cliente, también se utiliza para desencadenar acciones de compra impulsiva, por ejemplo con el olor a pastel recién horneado que desprenden algunas secciones de los supermercados.

Por tanto la estimulación del olfato tiene un gran potencial, que aplicada correctamente se convierte en una poderosa herramienta de venta e incluso fidelización del cliente.

 

 

ALMUDENA MORALES RAMIREZ

Research Executive

www.bqrc.es

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